05 December 2012

Café para nadie


A Jordi Évole y su programa "Salvados" cada vez se le ve más el plumero de la parcialidad y su mensaje político claro. En uno de sus recientes programas, titulado "café para nadie", hablan sobre el estado autonómico. El programa se abre con una serie de presidentes autonómicos haciendo autobombo de su autonomía, de lo buenos y especiales que son los suyos, etcétera, a modo de ridiculización.

Piummm, suenan las primeras alarmas. Entre ellos no sale el del País Vasco ni el de Cataluña, y algunos (como Luisa Fernanda Rudi, de Aragón y del Partido Popular) salen varias veces. Hago mi predicción sobre el programa: va a ser un ataque al Partido Popular en lo posible, y una defensa y apología del País Vasco y Cataluña, posiblemente con una ridiculización de Madrid.

Y efectivamente, así fue. Uno que debe ser viejo ya...

Empieza el programa con un José Bono ridiculizando a las autonomías y sus instrumentos como el parlamento autonómico, etcétera, incluída Castilla la Mancha, de la que fue presidente. Sin ninguna cortapisa pone el sistema autonómico a caldo, ya que, según él, sólo el País Vasco y Cataluña deberían de haber disfrutado de ese nivel de autogobierno. ¿Por qué? Según él son claramente "diferentes" y las únicas que reclamaron un autogobierno durante la época franquista. Además (y ya estamos otra vez) tienen lengua propia. Un poco más y se le cae la baba al hacerles la pelota.

En resumen, las comunidades autónomas, salvo País Vasco y Cataluña, son "de pega", no están legitimadas sustancialmente, y sólo se basan en la envidia ante catalanes y vascos, que "se lo pidieron primero".

Y yo pregunto, señor Bono:

- ¿Cómo tiene usted la desvergüenza de hacer estas declaraciones ridiculizando a las autonomías, especialmente a la suya, tras haber vivido de ellas durante décadas?

- Si utiliza el idioma como justificación para la excepcionalidad y el autogobierno, ¿qué hay de Galicia, Asturias, Aragón, Valencia, Baleares... que también tienen lenguas propias? Y aun así, ¿está insinuando que la lengua es el único aglutinador cultural o deber ser la medida para la gestión? ¿deberían gestionarse Andalucía, Castilla León y Aragón juntas por poseer la misma lengua?

- Si utiliza el argumento "histórico", ¿cómo puede ignorar e incluso despreciar instrumentos de gobierno como fueron las Cortes de Aragón o de Castilla, entre otros muchísimos, que funcionaron durante más de seis siglos administrando territorios complejísimos y en varios continentes? ¿O aquí solo vale el modelo de cuatro pueblerinos reunidos entorno a un árbol para administrar los prados donde pastan sus vacas, resucitado en el romanticismo y nacionalismo del XIX?

¿Qué narices se pretende con la denominación de "comunidades o territorios históricos" para dar legitimidad administrativa y determinados privilegios? Ahora va a resultar que lo que nunca existió ni tuvo peso ni solera histórica fueron Castilla, Aragón o Asturias. ¿Y la preciosa táctica española del "yo me lo pedí primero", no hay para todos, los demás que se fastidien?

Nunca me había parado a escuchar a José Bono, pero en esas declaraciones dejó clarísimo lo que es: un político vendido que sabe hacerse el amable, sonreír y decir lo que tiene que decir en cada momento, aderezado con preciosas citas eruditas a conveniencia. Me recordó a nuestro querido amigo Punset.

El programa continúa ridiculizando a otras comunidades, como la de Madrid, acusándolas de "inventadas". Uno de los argumentos y mofas es que se tuvo que inventar una bandera. Porque claro, ya se sabe que el resto de las comunidades no fueron inventadas por el hombre. Las puso Dios en la tierra el mismo día de la creación. Y la ikurriña (que significa "bandera" en euskera, nombre original donde los haya para una bandera), por ejemplo, no fue también inventada hace cuatro días por un inspirado señor con delirios de grandeza, ni otras banderas como el Señal Real de Aragón, germen de la posterior España, fueron sacadas de contexto y convertidas en emblema autonómico, a veces incluso antimonárquico y antiespañol.

El programa continúa mezclando churras con merinas, acusando al estado de tener un déficit mayor que las comunidades autónomas, hablando de la privatización en Madrid de determinados servicios, etcétera. El programa finaliza con un joven diputado de Izquierda Unida, que parece proponer la solución a todos los males: "refundar todo desde el principio". Con un par.

En resumen, más de lo habitual en "Salvados": crítica constante al PP, tibieza con el PSOE, guiños constantes a Izquierda Unida, completo mutis sobre el resto de partidos, apología del País Vasco y Cataluña, y crítica demoledora al estado y a Madrid. Todos los invitados, en todos los programas, tienen y han tenido clarísimos los problemas que estaban por venir y nos los explican como si fuéramos tontos. Pero, por supuesto, ni ellos fueron responsables, ni se beneficiarion del sistema, ni muchísimo menos fueron capaces de hacer nada por evitarlo a pesar de haber ocupado cargos altísimos en los gobiernos estatal y autonómico. Ya se sabe que todos los males de España son culpa de Franco y el Partido Popular, en especial de Camps y Esperanza Aguirre.

Queda claro que España no tiene solución alguna. No hay autocrítica y todos los programas, incluídos los aparentemente más respetables, como "Salvados", son un lavado de cerebro con claro mensaje político de fondo.

La sensación que se te queda tras ver el programa (y es, imagino, su objetivo) es que, efectivamente, el "café para todos" ha sido malo porque, en un intento de dar a todos lo mismo, no ha permitido tomar café a quienes verdaderamente lo merecían: País Vasco y Cataluña.

Pero fíjenese qué curioso, el programa se iniciaba con una serie de secuencias breves de presidentes autonómicos anunciando lo "especiales, diferentes y auténticos" que eran en esas autonomías. Todo ello en un intento de ridiculizar esa actitud egocentrista, infantil y algo anacrónica que es el regionalismo. Ahora, en cuanto cambiamos "regionalismo" por "nacionalismo" entonces la cosa deja de chirriar y encaja a las mil maravillas. Parece que las "lenguas propias" (pero sólo algunas) tienen ciertas propiedades mágicas que todo lo legitiman. Raro.

En definitiva, que la solución para evitar el "café para nadie" debería haber sido otra, está claro. Café de Colombia para el País Vasco y Cataluña, y achicoria para todos los demás. Como Dios (y Sabino) mandan.





Saludos.

PD: La manifiesta diferencia de trato entre entrevistados, y las calificaciones y ataques personales como "tú eres un neoliberal brutal", "tú eres muy de derechas" o el eterno "tú quieres volver a tiempos pasados" en cuanto se escuchan ciertas ideas vigentes en otros muchísimos países, así como la crítica nula a los partidos de izquierdas, tampoco ayudan mucho a proporcionar  parcialidad y ecuanimidad al programa. Por no decir que son una flagrante falta de respeto. ¿Qué ocurriría si a otros entrevistados se les dijera "tú eres el prototipo de fumado de barrio, ¿dónde te has dejado el palestino?", o "a vosotros Stalin os la pone dura, ¿no?", etcétera?

No comments: